Ayer asistí al pleno municipal, que el ayuntamiento de Burgos, realiza el segundo o tercer viernes de cada mes.
Nada más empezar, me di cuenta de la poca seriedad reinante en la sencilla, pero atrayente sala de plenos. Unos políticos hablando entre ellos, otros con el móvil, otro con el Ipad, otro saliendo y entrando de la sala a su antojo, y otro comiendo un chupachus y sentado con una desfachatez, como si estuviera en el sofá de su casa, pero bueno donde se creen que están, y todo esto mientras otro político habla y exponía sus argumento, respecto a lo debatido en la orden del día.
Y se supone que estas "buenas gentes", nos representan, trabajan por el bien de la ciudad, pues parece que no se lo toman muy en serio, y mira que ayer se debatían aspectos de gran importancia para la ciudad de Burgos.
En definitiva, no me choco mucho, porque últimamente la reputación de los políticos, esta por los suelos, pero tampoco esperaba tal comportamiento.